CAPÍTULO 7 “PONTE EN SU
LUGAR”
En
este capítulo el autor nos pone el ejemplo de un náufrago, llamado Robinson que
llego después de una tormenta a una isla desierta, era el único sobreviviente
de su embarcación junto con un loro y los restos de su barco los cuales logra
rescatar y construye un refugio donde pueda protegerse del mal tiempo y de algún
peligro natural para poder sobrevivir. Lleva ya varios días viviendo ahí, pasando
por la arena encuentra una huella en la arena y se pregunta: ¿de quién será?,¿será
bueno o será malo?, También se pregunta: si ¿hablara el mismo idioma?, si le ¿hará
daño? entonces en ese momento nos damos cuenta que ya no se enfrenta a los problemas relacionados con sus necesidades
ni con la naturaleza sino más bien un
problema ético de como relacionarse con esa persona y debe resolver como relacionarse
con ella, y que tienen que hace, aparece
el miedo y las interrogantes para lograr vivir bien. El enfrento todos sus
problemas y todas estas interrogantes que aparecieron en su vida y como las resolvió
no actuó de forma desesperada, respeto las ideas y de esa manera deberíamos actuar
con las personas que están en nuestro entorno. Si uno no sabe cómo arreglárselas
para vivir entre los peligros naturales pierde la vida, pero si no tiene idea
de la ética pierde lo humano de la vida. De lo que se ocupa la ética es saber cómo
vivir bien la vida humana y si no tenemos idea de ética perderemos lo humano en
nuestra vida y por muy semejantes que sean las demás personas. la mayoría de
los gustos y comportamientos los copiamos de los de la sociedad por eso es casi seguro
que los demás nos traten como se vean tratados.
Como
se aplica esto en mi vida cotidiana
¿Y me pregunto en que
consiste ponerme en el lugar de los demás?
Convivir con los demás es una necesidad fundamental
para nuestra existencia nuestra empatía nuestra capacidad de entender a los demás Es intentar ponerse en el lugar de las demás personas que están en
nuestro entorno ser conscientes que pese a la diferencia que entre todos
existen siempre se está de algún modo dentro de los semejantes y reconocer sus
derechos y sus razones igual de real y serio como uno mismo
CAPITULO 8 “TANTO GUSTO”
El
autor de este capítulo explica que la sexualidad del ser humano se cree que
está enfocada a la relación sexual, por lo que es un tema que muchas veces se
ve como algo amoral o inmoral, porque se asocia a algo que no debe ser mostrado
a la luz de todos, por lo que depende de su uso. El cuerpo está hecho para
disfrutar, por lo que los miedos o tabúes no son más que el miedo al placer.
Aquel que se empeña en no gozar porque piensa que alguien lo está pasando mal,
lo único que logra es amargarse la vida. Estos son los puritanos, los cuales
piensan que algo es bueno cuando no les gusta hacerlo. El placer es algo que no
se deja de lado, pero el mismo llega a ser culposo porque no se saben cuáles
son los límites de hasta dónde puede llegar, por lo que hay que darle el uso
necesario, pero sin abusar del mismo; sabemos que su límite es cuando
perjudica, que es cuando ya no da la alegría cotidiana. Para vivir bien la vida es necesaria la alegría,
por lo que hay que disfrutar los placeres de la vida, sean cuales sean, porque
existen para aceptarlos y disfrutarlos. Hay que ayudar a los demás cuando lo
necesitan, pero no hay que lamentarse por no estar pasándolo mal con ellos.
¿Como se aplica esto en
mi vida cotidiana?
Muchas
veces lo moral y amoral se ve relacionado con el tema sexual, por lo que desde
ese punto de vista, el placer y el gozo de la vida de cualquier ser humano
puede ser catalogado de bueno o malo dependiendo de las características o
creencias de la persona que esté mirando acerca del sexo. Según él, el sexo es
algo común a los seres humanos que la gente oculta tras la idea de lo inmoral.
El placer puede ser algo positivo ya que mejora la vida, y a su vez puede
convertir el hombre en animal, pero los animales lo usan sólo para procrear, en
cambio el hombre lo usa para diferentes fines positivos lo que resulta más
humano. Los puritanos son aquellos que tienen miedo al placer, sienten que así
lo pasan mal; en caso contrario están aquellos que saborean los placeres del
presente (el famoso “Carpe diem”), pero a su vez tener control sobre ellos,
haciendo la diferencia entre su uso que es capaz de enriquecer la vida, y el
abuso que la empobrece, siempre con responsabilidad. El placer de sentirse
culpables por abusar de ellos es para los que desean un castigo, lo contrario
que la Templanza, que pone el placer al servicio de la alegría. El placer es una manera moral para vivir la
buena vida y que no se le debe tener miedo, ayudando a alcanzar la plenitud,
dando como resultado no sentirse esclavos de los mismos placeres.
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